La leyenda efímera del punk madrileño
Por mucho que el punk haya dado grandes nombres a la historia de la música, pocos logran convertirse en una verdadera leyenda. Radikal Tadache, el trío insurgente nacido en el sur de Madrid, no solo desbordó energía y actitud, sino que también se desvaneció en el momento justo, dejando tras de sí un rastro de misterio, caos y música inmortal. Activos durante apenas cinco años en la escena underground de la capital, su historia parece extraída de un guion maldito: una banda autodidacta que tocaba en calles, bares y fiestas patronales, y que terminó siendo conocida como una de las joyas ocultas del punk español.
Radikal Tadache nació a principios de los años 90, en Móstoles, al sur de Madrid. Formado por tres almas descarriadas: Chema Plaza "Jate" a la guitarra, David Mínguez "Pus" al bajo y voz, y Juan Tamargo "Tenazas", baterista y cerebro logístico, el grupo rápidamente se distinguió por su visión provocadora. La música corría a cargo de Jate, un compositor adelantado a su tiempo que mezclaba riffs desgarradores con estructuras que rozaban lo experimental. David, conocido por su carácter explosivo y su inestabilidad emocional, se encargaba de las letras y las voces, a menudo en un estado de semi-inconsciencia. Tenazas, por su parte, no solo mantenía el ritmo con su estilo contundente, sino que era también el maestro detrás de su campaña de marketing, la cual muchos aún consideran revolucionaria en el circuito DIY. El grupo pronto ganó notoriedad tocando por sorpresa en cualquier rincón de Madrid. Una de sus actuaciones más recordadas ocurrió en 1992 durante las fiestas de San Isidro. Aprovechando un descuido en la programación oficial, Radikal Tadache se subió al escenario principal sin previo aviso, abriendo con "Desmontando tu mierda", un tema que arremetía contra la política municipal y la gentrificación. La policía tardó apenas 20 minutos en aparecer y apagar los amplificadores, pero el público ya había recibido la dosis de anarquía necesaria para recordar aquella noche como una de las más intensas de las fiestas.
Como es habitual en las bandas punk de la época, Radikal Tadache tuvo más de un encontronazo con las fuerzas del orden. Uno de los episodios más famosos ocurrió en la calle Montera, donde decidieron improvisar un concierto en plena noche. La actuación, que incluyó a Pus gritando “¡Que viva la decadencia!” desde un coche con altavoces, terminó con una redada policial y la detención de todo el grupo. Pasaron 48 horas en los calabozos, pero eso no impidió que la semana siguiente tocaran en un descampado frente a la comisaría como forma de "agradecimiento". Otro de los más comentados fue su aparición sorpresa durante las fiestas patronales de Aluche en 1992. Vestidos con monos de trabajo y máscaras de burro, saltaron al escenario secundario, reservado para una actuación de danza regional, y empezaron a tocar "Prefiero vivir despeinado que morir engominado". La mezcla de punk y folclore dejó al público en un estado de confusión y euforia, mientras los organizadores intentaban desconectarlos sin éxito. La policía finalmente intervino, pero no antes de que terminaran el set con "¡Que se jodan los fascistas!" y huyeran entre el gentío.
En 1993, la banda logró grabar su único disco, titulado “Escombros del sistema”. Autoproducido en un garaje reconvertido en estudio, el álbum capturaba la esencia sucia y visceral del grupo. Con solo 300 copias impresas, cada vinilo fue numerado a mano y vendido directamente en conciertos o intercambiado por cerveza y tabaco. Hoy en día, este álbum es un objeto de culto entre coleccionistas, alcanzando precios que rozan los 1000€ en el mercado negro. El disco incluía clásicos como "Vomitando futuro", "Balas de amor y rabia", y la ya mencionada "Desmontando tu mierda". Aunque las letras a menudo rozaban la obscenidad y la autodestrucción, también contenían una lucidez social que muchos han comparado con la de los grandes del punk británico.
En 1995, y cuando parecía que el grupo estaba a punto de consolidarse con una pequeña gira nacional, Radikal Tadache desapareció de la escena de manera abrupta. No hubo un anuncio oficial ni una despedida; simplemente dejaron de existir. Algunos rumores apuntan a que Pus tuvo problemas serios con la justicia; otros aseguran que Jate emigró a Londres, mientras que hay quienes dicen haber visto a Tenazas gestionando un bar en algún lugar del Mediterráneo.
Hoy, solo quedan camisetas gastadas con su logo (un burro con pasamontañas dando una coz a una esvástica) y los recuerdos de quienes vivieron aquellas noches de caos y adrenalina. Su música, preservada en las pocas copias de “Escombros del sistema”, sigue resonando como un testimonio del espíritu indomable del punk madrileño.